Ha vuelto a suceder, de nuevo el estómago se contrae en un extraño comportamiento en el que no me gusta participar. En momentos de concentración no necesito que mi estomago se manifieste de esta manera. Por supuesto que de lo que hablo no es de un dolor y alguna infección y mucho menos de diarrea. Está claro que es lo que me pide el estómago, quiere que lo alimente, quiere algo que no ha probado, algo que desconoce y cree que necesita.
Es como un niño pequeño ante un nuevo capricho y no voy a dárselo. No se le puede dar todo lo que desea, si no caería en el error de maleducarlo, se volvería despota y caprichoso e intentaría imponerse ante los demás. No, cuando le dé algo, se lo daré a todos y no sólo a él. Hay más personajes en juego que definen mi personalidad y la que no quiero que se alce es precisamente la visceral.
Lo peor es que si consigue convencer a los demás me veré obligado a hacer algo, y es posible que por ello todos salgan mal parados. Ahora se ha calmado pero se que está tramando algo, esta empezando a conspirar.
Sólo espero que no me hagan daño.
Es como un niño pequeño ante un nuevo capricho y no voy a dárselo. No se le puede dar todo lo que desea, si no caería en el error de maleducarlo, se volvería despota y caprichoso e intentaría imponerse ante los demás. No, cuando le dé algo, se lo daré a todos y no sólo a él. Hay más personajes en juego que definen mi personalidad y la que no quiero que se alce es precisamente la visceral.
Lo peor es que si consigue convencer a los demás me veré obligado a hacer algo, y es posible que por ello todos salgan mal parados. Ahora se ha calmado pero se que está tramando algo, esta empezando a conspirar.
Sólo espero que no me hagan daño.